Huemul
El huemul es un cérvido americano endémico del cono sur de América, existente sólo en pequeños grupos, principalmente en los ambientes cordilleranos de Chile y Argentina, asociado a la existencia de bosques y de terrenos escarpados.
Características
El huemul tiene un cuerpo rechoncho y robusto, y de patas cortas. Alcanza un tamaño de hasta 165 cm de longitud, siendo las hembras un poco más pequeñas que los machos. Su pelaje es grueso, denso y de color beige o café oscuro, según la época del año. Sus orejas y su cola, miden entre 10 y 20 cm de largo. Los machos poseen un par de astas bifurcadas que pueden alcanzar hasta 30 cm de longitud. Su peso ronda entre los 40 y 100 kg. Es un animal herbívoro que se alimenta principalmente de arbustos, hierbas y brotes de árboles, como también líquenes, que encuentra entre las rocas en los altos picos.
Alimentación
La dieta del huemul está determinada por la disponibilidad de alimento a través del año, la que a su ves depende del clima, la estación del año, las características del terreno, los ciclos biológicos de los vegetales y de otras variables, principalmente ecológicas. Muchas plantas, que forman su dieta, se secan, pierden sus hojas y dejan de ser utilizadas, por lo menos, durante algunos meses. En los Nevados de Chillán, la dieta anual del huemul está compuesta en un 46% por hierbas y en un 31% por arbustos. Las especies del estrato herbáceo corresponden a alstroemerias, geranios, orquídeas, violetas del monte y valeriana. Entre los arbustos, el maitén es su preferido. Durante el invierno, disminuye la disponibilidad de hierbas y pastos, por lo que su alimentación se hace arbustiva consumiendo especies como maqui, maitén, roble, baccharis sp, además de quinchamalí. En Aysén, según observaciones de verano, el chilco, la chaura, y el renoval de lenga son las especies preferidas.
Comportamiento
En ocasiones los huemules se reúnen en núcleos familiares. Normalmente se detectan individuos solitarios o formando parte de grupos pequeños de no más de dos o tres ejemplares, cuya composición es variable. Estos grupos pueden estar formados por una hembra y un macho adulto, acompañados en algunas oportunidades por un cervatillo del año o preadulto, o solo por hembras. Parece ser que el huemul es un animal territorial. Un macho ocupa lugares delimitados por quebradas. De la observación de huellas y fecas se desprende que las hembras tienen mayor movilidad horizontal que los machos, lo que indicaría que podrían pasar a otros territorios, mientras que los machos caminan preferentemente en sentido de la pendiente, apostándose en lugares altos. Pero, la temporada del año influye en la preferencia de la especie por un hábitat determinado. En invierno, debido al frío y a la nieve, el tamaño del hábitat disponible se reduce severamente y el huemul se ve confinado a lugares más bajos, prefiriendo zonas boscosas bajo el límite de las nieves, es decir, a los 1000 metros de altitud. Estos lugares son escarpados y rocosos, con gran número de quebradas y una compleja cobertura vegetal. Tal tipo de hábitat permite minimizar su visibilidad y aumentar sus posibilidades de escape y al mismo tiempo les sirve de resguardo de las tormentas invernales y como fuente de alimentación. En primavera estos lugares son abandonados paulatinamente, dispersándose en busca de mejor alimento y de mayores alturas. En verano, el huemul se traslada a zonas de mayor altitud, coincidiendo éstos con el límite altitudinal superior de las formaciones boscosas y el límite inferior de la formación de pradera andina. Así en el hábitat de la zona central (Chillán), en verano las plantas suculentas aumentan a mayor altura y están disponibles laderas boscosas de lenga y roble de exposición sur que le ofrecen abundante agua y temperaturas más bajas. Al llegar el otoño va disminuyendo gradualmente el uso del bosque, desplazándose hacia el matorral de roble y chusquea, con vegetación herbácea. En cuanto al área de Aysén, su hábitat se reduce casi exclusivamente al ecotono del bosque incluyendo aguadas, con un tránsito ocasional dentro del bosque y por zonas de escoriales carentes de vegetación. El ámbito de hogar para este lugar es de aproximadamente 3 km2.
Reproducción
Entre marzo y mayo se presenta la época de celo, a pesar de que ya en febrero los machos comienzan a mostrar conductas (disputas) que anuncian la llegada de ese período. El período de gestación dura seis a siete meses, al final del cual nace una sola cría. La época de pariciones está circunscrita a los meses de noviembre y diciembre. Durante el primer mes de vida, el cervatillo es poco vigoroso y de andar inestable, permaneciendo oculto e inmóvil la mayor parte del tiempo, cambiándose de lugar luego de amamantar, conducta que es una estrategia para evitar depredadores. El destete se produce alrededor de los cuatro meses de edad. A partir del segundo mes, los cervatillos consumen con frecuencia alimento vegetal. El crecimiento de las crías es relativamente rápido ya que un macho de un año de edad alcanza el tamaño de una hembra adulta.
Estado de conservación
Estos ciervos ahora están protegidos en trece parques nacionales chilenos y 6 de la Argentina, y ha estado clasificado como una especie en peligro de extinción desde 1976. Se encuentran en peligro de extinción principalmente por la acción humana: la deforestación, fragmentación de hábitat por la construcción de caminos y carreteras, introducción de animales no autóctonos como el ganado o el ciervo rojo y la caza furtiva. Lamentablemente, sus poblaciones están cada vez más reducidas y aisladas. El huemul es el animal nacional de Chile, y forma parte de su escudo nacional. Por ello, se inauguró,en el marco del Día Mundial de la Tierra, el 22 de abril de 2008 el sendero “Huella Huemul” en la Reserva Nacional Ñuble, en la región del Bío-Bío. La iniciativa, que conto con la participación de estudiantes tesistas de la Universidad de Talca y Universidad del Bio- Bio, surgió como una forma difundir en la propia reserva, el estado de vulnerabilidad de esta especie nativa de ciervos, ya que en la reserva quedan menos de una decena ejemplares. En Argentina ha sido declarado Monumento Natural Nacional, máxima protección que se le puede otorgar a una especie. Una especie estrechamente emparentada es el taruca.
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