Chimpancé
El chimpancé, simio de África ecuatorial. Por la estructura física y genética del chimpancé, está considerado el animal más estrechamente emparentado con el ser humano. Hay dos especies: el chimpancé común y el bonobo o chimpancé pigmeo. El primero se distribuye desde Sierra Leona y Guinea, en la costa atlántica, hasta los lagos Tanganica y Victoria, en el este; el segundo se encuentra tan sólo en la parte oriental de la cuenca del río Congo.
- Nombre Científico: Pan troglodytes
- Familia: Homínidos
- Orden: Primates
- Clase: Mamíferos
- Identificación: Cuerpo robusto, brazos más largos que las patas, orejas grandes y salidas, pelaje negro, orificios nasales pequeños.
- Tamaño: Longitud cabeza-cuerpo, 74-96 cm; machos alto mayores que las hembras.
- Peso: Hembra, 32-47 kg (hasta 80 kg en cautiverio); macho, 40-60 kg (hasta 90 kg en cautividad).
- Distribución: Oeste y centro de África ecuatorial al norte del río Congo, desde Guinea-Bissau hasta Costa de Marfil, y desde Camerún y Gabón hasta los Grandes Lagos occidentales.
- Hábitat: Zonas selváticas húmedas, tanto de llanura como de montaña, hasta los 3.000 m de altitud, y mosaicos o zonas mixtas de bosque y sabana.
- Alimentación: Muy variada pero principalmente frugívora e insectívora; a veces incluye hojas y, siempre que la ocasión se presenta, mamíferos pequeños o medianos.
- Reproducción: Una cría por camada tras 200-260 días de gestación (230 como media).
Características
PIES Y MANOS
Gracias a los pulgares oponibles y grandes dedos del chimpancé, el chimpancé no sólo trepa con agilidad sino que, además, puede sostener una rama con el pie mientras recoge un fruto con la mano. La manipulación de objetos se ve ayudada por la presencia de uñas planas en vez de garras, del mismo modo que sucede en la mayoría de primates. Cuando el chimpancé se desplaza a cuatro patas, apoya las suelas de los pies y los nudillos de las manos, en esta posición, no sólo puede caminar sino también galopar con rapidez. La marcha bípeda es menos frecuente que la locomoción cuadrúpeda, por lo menos en tierra; para efectuarla, el animal tiene que girar hacia dentro los dedos de los pies, pero aún así es capaz de mantener durante más de un kilómetro y de transportar cargas pesadas entre los brazos.
- PELAJE Y PIEL: El pelaje del chimpancé es bastante largo, de aspecto tosco y poco denso, suele ser negro o marrón muy oscuro –aunque algunos chimpancés pueden tener manchas o incluso un tono general bastante claro-, tornándose canoso especialmente en el dorso y en la barba, en los individuos de veinte años o más. El rostro del chimpancé suele ser lampiño, como las orejas, los dedos y las palmas de manos y pies. La coloración de estas zonas desnudas suele ser rosada en los animales más jóvenes pero se oscurece luego a negro o pardo oscuro con la edad, perdiéndose asimismo el mechón posterior de pelos blancos. La madurez también suele traer consigo una calvicie parcial, que empieza en la frente y aumenta con la edad.
- ROSTRO: El chimpancé goza de un rostro perfectamente desarrollados y dotado de una delicada inervación, los músculos del rostro del chimpancé permiten una gama casi infinita de expresiones faciales. Gracias a ellas, los chimpancé pueden amenazar, sonreír para manifestar sumisión, mostrar atención, exoresar tristeza o alegría, mirar con desprecio o con veneración y probablemente transmitirse mensajes más complejos que todavía no sabemos interpretar. La gestualidad de la boca, en particular, no sólo es un importante elemento en la mímica sino obviamente, como modulador de la función vocal y también para besar, actividad que los chimpancés practican con frecuencia y gran exuberancia.
- OREJAS: Las orejas del chimpancé están separadas y grandes, son de gran ayuda en la comunicación, que se basa, en gran parte, en la voz y la audición.
- CANINOS: Mayores en los machos que en las hembras; por ser armas formidables, capaces de infligir heridas mortales, los primeros los enseñan muy a menudo, pero rara vez los utilizan.
- MUELAS: Las muelas del chimpancé son mayores que su homólogas humanas pero menores que en los gorilas, los cuales s alimentan principalmente de hojas y no de frutos como los chimpancés, que son más fáciles de masticar y no producen tanto desgaste.
- BRAZOS: Se extienden por debajo de las rodillas cuando el animal está de pie y su envergadura supera la altura del animal en un 50%.
- PELO DE LA CABEZA: Generalmente hirsuto, tiende a escasear en ambos sexos en una fase temprana de la madurez.
- CRÁNEO: El volumen de la caja craneana del chimpancé es de unos 360 cm32, siendo menor que en el gorila (500 mc3) y mucho menor que en el hombre (1.400 cm3), lo que no impide una gran inteligencia.
- MANDÍBULAS: Las mandíbulas del chimpancé se proyectan más hacia delante que la parte superior del rostro (hocico prognato).
Historia
Los grandes monos antropoides
El grupo de los grandes monos antropoides apareció en el Oligoceno, período durante el cual vivían en África los géneros Propliopithecus y Oligopithecus. A partir del primero se diferenció un género que hizo su aparición en Europa durante el Mioceno medio, hace unos 12 millones de años: Pliopithecus, que suele considerarse como un hilobátido, es decir, perteneciente a un linaje que se separó hace unos 15 millones de años del tronco de los grandes antropoides y que dio lugar a los actuales gibones. Antes de esta separación, pero también en el Mioceno inferior, apareció en África de género Dryopithecus, representante de un grupo –los driopitecinos- que reúne formas estrechamente emparentadas con los póngidos y orangutanes y con los homínidos actuales. A lo largo del Mioceno, este género fue invadiendo Eurasia, donde se diversificó en múltiples especies, subgéneros e incluso géneros.
Lagunas en el registro fósil
A partir de Dryopithecus, el registro fósil es más fragmentario. Sabemos que el linaje de los orangutanes, iniciado según parece con Sivapithecus, se diferenció del tronco común hace unos 12 millones de años. También sabemos que los gorilas se diferenciaron del tronco general de nuestros antepasados hace unos 8 a 10 millones de años, y que los chimpancés y los bonobos se separaron hace 1,5 millones de años. Pero no sabemos con certeza si el linaje de los chimpancés se separó del nuestro hace 5 ó 6 millones de años, entre otras cosas porque no se han encontrado los fósiles que permitan afirmarlo. Entretanto, el fósil más antiguo en nuestro propio linaje es Ardipithecus ramidus, que apareció hace unos 4,5 millones de años. A partir de este último se diferenciaron los australopitecos, en particular Australopithecus afarensis, A. anamensis y A. africanus, que han sido sucesivamente invocados como nuestros ancestros más directos.
Inteligencia
Chimpancés “habladores”
Los chimpancés dan muestra de una gran adaptación al ambiente, no sólo por su gran versatilidad ecológica sino sobre todo por su gran inteligencia. Desde que, en 1969, los psicólogos Beatrice y Robert Gardner revelaron al mundo que su chimpancé Washoe había aprendido a servirse del ameslan –el lenguaje de signos que utilizan los sordomudos estadounidenses- y que podía mantener conversaciones simples con chimpancés “habladores”.
Entre los alumnos más aventajados destacaron –además de propio Washoe, que era capaz de indicar a los Gardner el objeto que contenía una caja cerrada tras mirarlo por una pequeña ventana- la hembra Lucy, que conseguía hilar oraciones tan extrañamente coherente como “bebida caramelo” después de probar un melón por primera vez; el macho Nim, que llegó a dominar más de cien signos gestuales distintos y a construir numerosas oraciones simples; y la hembra Sarah, que demostró sus capacidades de abstracción al asociar con objetos concretos las propiedades que lo caracterizaban, utilizando un lenguaje de fichas de plástico que no se parecían a dichos objetos (la ficha que representaba al objeto manzana, por ejemplo, era un pequeño triángulo azul).
Pese a su contundencia, estos experimentos lingüísticos no tardaron en recibir un aluvión de críticas. Entre las más definitivas figuraban las que emitieron el psicólogo Herbert Terrace y sus colegas tras grabar en vídeo los cerca de 20.000 intentos de signos creados por Nim. Según concluían los autores el chimpancé era incapaz de yuxtaponer más de dos signos de un mundo coherente y adecuado al contexto, era excesivamente imitativo y no podía inventar una regla gramatical tan simple como la de sujeto y predicado. Las críticas de Terrace recibieron a su vez sus contracríticas –entre ellas, que también los niños utilizan la imitación cuando aprenden a hablar, o que Nim no gozó de unos vínculos emocionales estrechos para realizar su aprendizaje ya que tuvo sesenta maestros diferentes-, pero ninguna de ellas logró disipar la duda sobre si los chimpancés son realmente capaces de superar el escollo de la sintaxis.
El equipo de investigación de Sue Savage-Rumbaugh, los psicólogos que enseñaron al bonobo Kanzi a dominar un lenguaje compuesto por 256 lexigramas o figuras abstractas –y que descubrieron accidentalmente que también podía comprender centenares de palabras del inglés hablado-, topó asimismo con este escollo sintáctico. Pese a que Kanzi demostró una gran inventiva al desarrollar sin imitarla algunas reglas gramaticales, la mayor parte de sus oraciones tampoco comprendían más de dos signos. Aún así, su vocabulario y su facilidad de comprensión del lenguaje hablado no eran inferiores a los de un niño de dos años y medio. Según Savage-Rumbaugh y sus colaboradores, esta facilidad de aprendizaje parece reflejar que estos monos –y también los chimpancés- disponen ya de verdaderos lenguajes propios, gestuales y/o vocales, que todavía no han podido descifrarse.
Uso de herramientas
Más conocida es esa otra faceta de la inteligencia del chimpancés que les permite utilizar herramientas. Para capturar las temibles hormigas safari, escogen una rama y, tras arrancarle sus hojas y ramitas, la transforman en una vara fuerte y flexible de unos 60 a 70 cm de largo; acto seguido, la introducen en un hormiguero o en una columna de hormigas, esperan a que éstas trepen en masa por la vara y, con un rápido gesto, se meten la vara en la boca antes de que la hormigas tengan tiempo de morderles. Para capturar termes, deshojan tallos de hierba y los introducen en los agujeros del termitero; cuando el tallo está lleno de soldados que muerden sus costados, el chimpancé lo retira y se los traga de un bocado. A veces, los chimpancés untan la vara o los tallos con miel para que los insectos no se escapen al retirarlos.
El chimpancé utiliza palos como serían inalcanzables, o para saltar con pértiga cursos de agua. Los palos, y en algunos casos las piedras, también se utilizan como armas defensivas contra los depredadores, en tanto que las hojas se emplean para confeccionar sombrillas, recipientes para llevar agua, etc. Lo más curioso de esta actividad multiforme, que no tiene parangón en el mundo animal y sólo es superada por el hombre, es su aspecto esencialmente cultural: muchas de estas técnicas son específicas de un lugar y se transmiten de una generación a otra. Así, mientras los chimpancés hembras de la selva de Tai, en Costa de Marfil, enseñan a sus retoños el so de martillos y yunques para partir nueces, esta actividad es desconocida en Gombe, donde en cambio se enseña la “pesca” de termes con tallos.
El chimpancé utiliza palos como serían inalcanzables, o para saltar con pértiga cursos de agua. Los palos, y en algunos casos las piedras, también se utilizan como armas defensivas contra los depredadores, en tanto que las hojas se emplean para confeccionar sombrillas, recipientes para llevar agua, etc. Lo más curioso de esta actividad multiforme, que no tiene parangón en el mundo animal y sólo es superada por el hombre, es su aspecto esencialmente cultural: muchas de estas técnicas son específicas de un lugar y se transmiten de una generación a otra. Así, mientras los chimpancés hembras de la selva de Tai, en Costa de Marfil, enseñan a sus retoños el so de martillos y yunques para partir nueces, esta actividad es desconocida en Gombe, donde en cambio se enseña la “pesca” de termes con tallos.
Vida social
Comunidad y territorio
El chimpancé vive en comunidades en agrupaciones de quince a cien individuos de ambos sexos, muy laxas y flexibles, y con un área de deambulación común. Estas comunidades, a su vez, se dividen en subgrupos de composición diversa –desde un macho solitario hasta grandes agrupaciones de machos y hembras de varias edades- y generalmente inestables, a menos que se trate de hembras con sus hijos.
El chimpancé es territorial, y en las selvas pluviales y otros hábitats densamente arbolados el área de deambulación de una comunidad dada tiene una superficie bastante reducida: de unos 5 a 40 km2, siendo la media de 12 km2; en sabanas secas, esta área es bastante mayor: de 120 a 600 km2 o más, lo que obliga a constantes nomadeos. Estas superficies, más o menos extensas, son los territorios que los miembros de cada comunidad consideran propios, zonas en la que no deben entrar los machos forasteros.
Poder y alianzas
De acuerdo con un esquema que J. Goodall describió como de “fisión-fusión”, los individuos de ambos sextos tiene una libertad casi completa de abandonar o volver a la comunidad cuando lo desean. Cada comunidad de chimpancé tiene un macho dominante –el llamado “alfa”- pero, como quiera que sus miembros de menor rango se asocian unos con otros durante un tiempo más o menos lago, según la intensidad de la relación y la distribución de los recursos, la posición más alta en la jerarquía no suele ser duradera. Si bien no son raros los caos de machos alfa que mantienen su posición durante una década, lo habitual es que éstos pierdan su rango bastante antes, al ser derrocados por machos de menor rango que han sabido establecer poderosas alianzas.
La habilidad de un macho chimpancé para conseguir apoyo en los conflictos es el factor más importante para mantener el rango o para ascender en la estructura jerárquica. El macho que busca el apoyo de sus congéneres muestra una gran amabilidad con las hembras y sobre todo con sus crías. Y mientras el macho alfa hace valer su autoridad mediante la amenaza, la disuasión o, más a menudo, mediante la seguridad que da a sus súbditos al intervenir en la solución de sus conflictos, al dictarles pautas de conducta y al brindarles su protección, el beta y los otros machos intentan desafiarle para conseguir las ventajas del rango superior.
Cuando más elevada es la posición en la jerarquía, menores son los ataques de otros machos y más gratificantes las manifestaciones de deferencia y sumisión. Aunque estas ventajas se vean mitigadas por un a obligación cada vez mayor de tranquilizar y proteger a los subordinados, la posibilidad de tener un acceso preferente a las hembras fértiles es un motivo más que suficiente para explicar la obsesión que muestran los chimpancés macho para ascender en el escalafón.
Reproducción
Junto al gran tamaño de los testículos, la evolución ha favorecido en el chimpancé una actividad sexual desenfrenada que prácticamente convierte su vida en una orgía casi perpetua. Mucho más activos sexualmente que los seres humanos, los machos copulan una vez por hora como media durante todos los días de su vida y tienen una gran capacidad de recuperación: se han documentado varios casos de animales que eyaculan múltiples veces a intervalos de cinco minutos. La actividad sexual de los chimpancés también es, según parece, una actividad muy compulsiva; lo es, por supuesto, para las hembras que, la mayoría de las veces, copulan por la fuerza –a veces con todos los machos del clan en apenas diez o veinte minutos-, pero también lo es para los machos chimpancé, cuyo impulso sexual inexorable convierte al obligado descanso nocturno en una abstinencia forzosa y prolongada. cuidados maternos: El período de celo de las hembras es relativamente corto, lo que explica su gran importancia en la comunidad y las agresivas reacciones de los machos que tienen que competir por ellas. Fuera del celo, las hembras chimpancé pasan la mayor parte del tiempo con sus hijos, lo que es esencial para la siguiente generación. La hembra, en particular, tiene que aprender a ser una buena madre, ya que su saber maternal no es innato.
Durante el largo tiempo que dedique a su cría, la madre chimpancé tendrá que armarse de paciencia; deberá darle de mamar con frecuencia y llevarla consigo a todas partes, acunándola hasta los tres meses cada vez que descanse, dejando que se agarre a su vientre hasta los seis meses y a su dorso hasta los cinco años o más; deberá enseñarle poco a poco a buscar su comida mientras juega, hasta que tenga lugar su definitivo destete, a los cinco o seis años de edad; y continuará mimándola o reprendiéndola cariñosamente de vez en cuando –repudiando, si es necesario, sus indeseados avances sexuales- hasta su formación definitiva, hacia los trece años de edad. La madre chimpancé deberá asimismo enseñar pacientemente a su retoño el uso de las herramientas que constituyen el rasgo distintivo de su cultura y, en varios aspectos, de su comunidad.
Alimentación
Pese a ser más vegetarianos que los humanos, el chimpancé consume todo tipo de alimentos y necesitan una dieta muy variada, que incluye frutos, hojas, capullos florales, cortezas, resina, miel, insectos, huevos y carne de mamíferos. Aunque las proporciones varían según la estación y el lugar, un 60 – 70% de la dieta a lo largo del año suele estar compuesto por diversos frutos, un 20 – 305 por otros materiales vegetales y un 10% por alimentos animales. Las termitas, y en algunas zonas las hormigas safari o dorilinas, son los insectos más importantes, aunque las orugas son consideradas como una gran exquisitez. Siempre que la ocasión se presenta, los chimpancés capturan jóvenes ungulados, babuinos, colobos rojos y otros monos, utilizando sofisticadas técnicas de caza en las que la cooperación juega a menudo un papel esencial.
Taxonomía
Pan es un género de primates homínidos que comprende las especies Pan troglodytes (chimpancé común) y Pan paniscus (bonobo o chimpancé pigmeo). Por estudios de genética e inmunología se ha podido datar la divergencia entre su línea evolutiva y la del Gorilla hace 7-8 millones de años y de la de los Homo hace unos 6 millones de años. Alrededor de un 99% del ADN de los chimpancés es idéntico al de los humanos. Finalmente, puede decirse que las dos especies actuales se separaron de un último ancestro común hace 2 millones de años, tras quedar aisladas una de la otra por el río Congo.
Al contrario que su historia genética, la historia fósil de los chimpancés es por ahora un misterio. Sólo se conocen algunos dientes hallados recientemente en la zona este del Gran Valle del Rift, pertenecientes a Pan troglodytes u otra especie de Pan aún innominada, que tienen una antigüedad de 500.000 años. En aquella época esa zona de África oriental ya era una sabana, mientras que estos animales sólo se encuentran actualmente en las selvas de África occidental.
Especies
Pan troglodytes Pan paniscus
Estado de conservación
La mayor amenaza para el chimpancé es la pérdida progresiva de su hábitat como consecuencia del desarrollo agrícola, así como la caza de ejemplares para utilizarlos en estudios científicos, trasladarlos a parques zoológicos e, incluso, para servir de alimento. Los intentos de conservación que prohíben la caza y venta de chimpancés proporcionan una cierta protección. Sin embargo, estas prohibiciones son difíciles de mantener. Las reservas o lugares de protección para huérfanos o animales recuperados proporcionan una protección extra a los chimpancés comunes de Zambia y Gambia, y a los bonobos del Parque nacional Salonga, en la República Democrática del Congo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario